Permitidme decir lo que quiera


En mi familia sabemos lo que tenemos que saber, sin disgustos de conciencia sin adios definitivo, lo que siempre me procuró dar vueltas a todo, la impersonalidad, el huracán contenido, la fiebre de alcohol (esa la aprendí de mi hermano), pero nunca supe cantar al son, me prohibieron el placer del dia de ser feliz, aprendí la lucha de no encontrarse, poner la felicidad de mi cariño ante mi propia vida, siempre, eso sí, con un buen solo de saxofón, mi vida la puedo imaginar. Por supuesto todo en un idioma extranjero, en barca o en patera, la grandeza prometida es muy aburrida, un bolsillo es mi áfrica, negro, explotado y grande, aunque mi corazón me aconseja que me va mejor sin escuchar, la frontera no se cruza sin pasaporte. Nunca olvidaré a mi gata, Mina, es una fuente de inspiración, lo mejor que nunca expresé lo escribí con Mina a mi alrededor, si alguien escribiera algo sobre mí algun dia me gustaría que mi personaje tuviese una gata, después lo podría vender como una metáfora de la mujer, o algo así, que idiota. También me enseñaron a crecer, a ser mayor, a conocer el plano del laberinto de pé a pá, sin importar a donde llevaba, solo a elegir una gran banda sonora enmientra, y lo que aprendí fue que, al menos tres, sabemos caminar sin rumbo, no podemos dar el corazón, pero sabemos que decir.
Lo que nunca hice es agarrarme al amanecer y a la función de tarde, la noche es libertad contra las cuerdas, la última esperanza. Nunca decidí apagar un cigarro, que no se termina, se para en el más acá, solo busco excusas, y así es más fácil mentir, quién fuera el mítico simbad (como dijo aquel), solo Plutarco me esconde, sin tocar la lluvia que persigue mis pasos, perdida mi forma de amar aullo a la luna huidiza sin canción
Algo debemos señalar en la llegada de la atracción sin dias que dormir cambiando el minuto de juego, sin vuelta para preguntar por mi casa.
Para quien todo son problemas, pedir una tregua, pedir rigor y belleza es fácil, luna menguante de fuerzas ocultas entre nubes, locura que viene y se vá, pais encarcelado en el olvido, sino lo ves desde la platea, mañana dios proveerá.
Joder donde vive el ratoncito Pérez, no entiendo dónde, por qué es bueno, por qué debajo de mi almohada, pobre animal, pobre asqueroso animal, vagando por casas hacia ningun lugar, al menos irá cantando.
Todos sufrimos lo mismo en el mejor igual, hartos de esquemas y refranes populares, no lo digas, yo tampoco me explico si lo sé, lo sé muy bien, estoy contigo aunque estés lejos de mi vida, simple, a placer, dormir soñando sin maletas de personalidad, y recuerda, SIEMPRE tengo la razón.
(te lo presto... si quieres)

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