la casa sin barrer

Puede una gota de lodo 
sobre un diamante caer; 
puede también de este modo 
su fulgor oscurecer; 
pero aunque el diamante todo 
se encuentre de fango lleno, 
el valor que lo hace bueno 
no perderá ni un instante, 
y ha de ser siempre diamante 
por más que lo manche el cieno.




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