Y agora qué
No puedo entender las buenas críticas de "Ágora", como se puede decir que es "una grandiosa y poética....pimpam blablibla...película" anda ya ome.
La verdá que resulta extraño que Alejandro Amenábar, un cineasta tan notable artísticamente hablando como calculador en su faceta de productor , haya metido la pata hasta el cuello con esta tan esperadísima “Ágora”, que finalmente se ha quedado en poco menos que aburrida.
No solo porque son, no sé, 200 temas a la vez?, y sin profundizar en ninguno, sino también personajes insulsos que podría haberlos suprimido a todos sin que la pélicula se resintiese un ápice, además, que los cristianos eran unos sieso ¿alguien no lo sabía?, incluso en eso se queda corto, ágora es una película de corré, tor mundo corriendo, tor mundo con bulla, creo que con diferencia “Ágora” es la más floja de sus películas.
En definitiva creo que el problema de “Ágora” es, probablemente, que no hay tema; o como digo, quizá hay demasiados: Hypatia y su búsqueda de la teoría que explicase el Sistema Solar; sus enamorados, tan distantes socialmente como un príncipe o algo así y un esclavo; su hostil relación con los cristianos, la potencia emergente de aquel siglo IV d.C., cuando el Imperio Romano tocaba a su fin y los seguidores de Cristo se hacían con el poder; la destrucción de la Biblioteca de Alejandría, considerada el mayor foco cultural de la Edad Antigua; el fanatismo como fuente de poder; muchos temas y ninguno central, en una historia sorprendentemente fría, cuando Amenábar, si es algo, es un cineasta que conecta con el público y le hace compartir su calor (entiéndase en términos cinéfilos: el miedo físico del personaje de Ana Torrent en “Tesis”, el miedo psíquico de Nicole Kidman en “Los otros”, el miedo moral de Eduardo Noriega en “Abre los ojos”, el hastío vital de Javier Bardem en “Mar adentro”), su emoción. Pero en “Ágora” no hay sentimiento, y cuando aparece, se reputa impostado. Incluso en algún momento en el que parece que el Amenábar del puro detalle cinematográfico va a aparecer, como en la escena en la que el esclavo de Hypatia (y su secreto enamorado), Davus, acaricia el pie desnudo de su ama y señora, el plano carece del impacto poético, emocional, que hubiera merecido, bueno, Davus es probablemente el más flojo de los personajes y al que más coraje le he cojío, es más el increible gorrión mojado que un esclavo listillo y traicionero.
Finalmente gélida en sus tonos azules, pésima en el rodaje de las escenas de masas, un ejemplo de libro sobre cómo no se deben rodar las escenas de lucha, bastante deficiente en sus efectos especiales para lo que ha costado (ese Faro de Alejandría que “canta” que está pintado), “Ágora” se postula entonces como el gran fracaso del cine español del año, o de esta primera década del siglo XXI, que pamí que tiene que reconducir su carrera por derroteros económicamente más humildes… Lo último que diré de esta decepcionante pelicula es que según lo que hay por interné sobre Hipatia esta no murió a los treinta y pico sino a los 61, su asesino no fue Sinesio de Cirene que murió años antes que ella, no fue astrónoma, nunca fue directora de la biblioteca de Alejandría, los cristianos no quemaron la biblioteca, fueron los romanos por orden del cesar, ayyy Amenabar que no tol mundo puede ser Tarantino.
Bueno, pa los que no habeis visto la película de más de dos horas, aki os dejo un resumen de 4 minutos que lo explica muy bien.
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jajaja, oh ha entrao un@ pseudointelectual, y akí en mi blós, que gran honor
ResponderEliminarun@ pamplinilla que me dise que tengo que escribir, un@ gurú de la pamplina, fijo que desde shic@ tu ha hecho er más list@ der colegio, que contento estoy.
lo borro pero no por ná, sino pq los ojos de los mortales no estan preparao pa tantisima sapiensia, y no puedo aserme responsable de que se queen siego con tus luse, por sierto carapapa pq no sé quien ere (o tú, que dá lesione porque tu mamaita te dise lo list@ que ere, pone el nombre o arme er favó de irte ar carajo)porq si lo supiera tendría mucho gusto en mandarte ar carajo in person.
Atentamente alguien que pone en su bló lo que le sale de la punta la narí.