en un combate desigual de pensamientos y finales consabidos de espantos cotidianos siempre gano la batalla, es mi guerra. mi sonrisa de principiante la guardo para el final después de superar las razones en contra de canciones tristes, iluminado por pensamientos de herencia ahogadas que mientras viva evitaré, y en tu voz siento el valor que le falta a mis razones, es el frio el que me hace sentir reposado.
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