mi castillo de arena

declarado absuelto de hospitales grandes, enormes,
y de astuto consagado en el último lugar
respirando amaneceres de una luz cada vez mas vulgar
como un espectáculo escrito por Jenofontes

robado y entregado a la intimidad
desatado en mi cordura con la locura a la mitad
agradecido y hambriento de fé
en mi todavía, y mi aunque lo sé, escapo al viaje de que no estés

visiones pérdidas dentro del olvidadero
olor y sabor perdidos en un segundo certero
y aunque mis dedos sienten ya los tuyos
todavía el día me los arrebata como suyos

millones de años luz contenidos dentro de una nada
con vértigo y angustia de prisas cansadas

redichos de normalidad que se pierden en el infinito
en el centro del mayor tormento que puedo imaginar
buscando respuestas en sitios que se han ido ya
cuentos que para siempre iluminarán cualquira de todos los mitos

noches solitarias de reversos dificiles
te quiero desde que te ví
y ahora rotos de sentir desde fuera
reposo mi ternura yendo juntos
con una sonrisa de domingo

respirando fiel a mi vocación
fingido ya siempre hasta que acabe el día
sueño en vela con mis noches






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